
CARLES
VIÑAS (Barcelona, 1972) es quien mejor conoce la evolución del
movimiento skinhead en España, pues este historiador catalán se halla en
vías de finalizar su tesis doctoral sobre este tema como resultado de
consultar abundantes fuentes documentales y testimonios orales. Sin
embargo, ya es conocido por diversos trabajos, como
Música i skinheads a Catalunya (2001);
Skinheads a Catalunya (2004);
El mundo ultra. los radicales del fútbol (2005) y
Tolerànzia zero. La violència en el fútbol
(2006). Como especialista en el complejo ámbito de los skinheads hemos
decidido entrevistarle en el blog para que clarifique los vínculos entre
este universo juvenil y el radicalismo político.
Cuando hablamos de skinheads ¿Hablamos de una tribu urbana, una cultura política o un movimiento juvenil?
En primer lugar creo necesario apuntar el confusionismo nominativo
existente alrededor del fenómeno skinhead. El mismo ha sido alimentado,
sin duda por igual, desde los medios de comunicación y el ámbito
académico. Ambos han asociado sistemáticamente a los cabezas rapadas con
denominaciones inexactas como el término “tribu urbana”, que se ha
reproducido hasta el hastío para referirse a los skinheads. En verdad,
si los analizamos con detenimiento, alejándonos de los tópicos
habituales, apreciamos como se trata de un fenómeno de construcción
identitaria vinculado a la juventud que podemos definir como un “estilo
juvenil”. Este concepto es el que entedemos como más idoneo para
referirnos a los skinheads, un estilo poliédrico que amalgama bajo una
estética similar jóvenes de tendencias ideológicas diversas y gustos
musicales dispares.
El mundo ultra ofrece una visión panorámica del universo de los seguidores radicales de los equipos.
¿Los orígenes de los skinheads están en Jamaica o en Gran Bretaña?

La eclosión de este estilo juvenil se remonta a la década de los años
sesenta del siglo XX en Gran Bretaña. A pesar de ello la influencia
jamaicana en la misma es trascendental ya que aporta diversos
referentes, tanto estéticos como musicales, que se fusionaron en
aquellos años con los aportados por los jóvenes blancos de clase obrera
adscritos al sector más radical del llamado “movimiento mod”. Los
skinheads, por tanto, nacen de la fusión de dos realidades dispares: la
protagonizada por los hard mods británicos y la importada por los
denominados rude boys jamaicanos a la metrópolis colonial. Jóvenes
blancos y negros adscritos a ambos estilos se relacionaron en los
suburbios y clubes de baile de la capital dando lugar a las primeras
bandas skinheads británicas. El estilo skin tiene, por tanto, unos
orígenes multiraciales evidentes que se remontan al denominado “espíritu
del 69″, año que toman como referente del inicio del estilo a pesar de
que los primeros skinheads aparecieran a mediados de esa década.
Pese a las apariencias de continuidad respecto a sus orígenes, los skinheads han cambiado su estilo con el tiempo.
¿Su estética siempre ha sido la misma o ha variado con el tiempo?

La evolución que ha sufrido el estilo desde finales de los años
sesenta hasta la actualidad, así como su diversa implantación geográfica
han suscitado cambios, no sólo a nivel estético sino también en lo
referente a sus preferencias musicales e incluso organizativas. El
ampliamente difundido ‘uniforme skin’ (consistente en botas de acero,
tirantes, pantalones ajustados, cabeza rapada y cazadora) no se
corresponde, por ejemplo, con la imagen que lucían las bandas skinheads
británicas pioneras en los años sesenta. Su
look, que
actualmente se denomina “original”, consistía en otro tipo de calzado
menos consistente, el pelo corto pero nunca afeitado, trajes, pañuelos y
otro tipo de complementos que configuraban una estética mucho más
elegante que la que se ha dado a conocer posteriormente tras la
asociación de los skins con el punk a finales de los años setanta. Fue
entoncees, durante el llamado revival skin, cuando la estética del
estilo se radicalizó y extremó su imagen, de hecho hasta entonces nunca
un skinhead se había afeitado la cabeza ni lucía botas altas, tatuajes
faciales o pantalones descoloridos. Fue entonces cuando la estética skin
se diversificó, vinculándose a determinadas preferencias musicales o
tendencias ideológicas.
¿Cómo y cuando se politiza el universo skinhead?

La politización skin se inicia a finales de los años setanta,
coincidiendo con el apogeo del mencionado revival skin, que popularizó
de nuevo el estilo entre la juventud británica. Fue entonces cuando se
gestaron los primeros núcleos de cabezas rapadas adscritos a opciones
ideológicas próximas a la ultraderecha, representada en aquellos años
por el National Front y, posteriormente, el British Movement. Ambas
organizaciones cobijaron a los primeros grupúsculos de rapados neonazis
que radicalizaron el tradicional ultranacionalismo inherente en el
estilo desde sus orígenes. Atrás quedaron las bandas multiraciales
formadas por skins blancos, negros, judíos o irlandeses. A finales de
los años setenta esta corriente neonazi, magnificada y popularizada por
la prensa, que a partir de 1987 aglutinaria la organización Blood &
Honour fue la causante de la fragmentación del estilo skinhead, que
desde entonces quedó dividido entre aquellos partidarios de mantener el
mismo alejado de cualquier postulado ideológico y los que se alinearon
políticamente.
Skinheads a Catalunya ofreció la primera aproximación global al fenómeno skin en Cataluña.
¿Cuál es el panorama actual de los skinheads en España?
El estilo, desde su implantación en el Estado a inicios de los años
ochenta, ha evolucionado emulando los parámetros británicos. Así, tras
una primera etapa de difusión e irradiación a diversos territorios desde
los dos epicentros iniciales del mismo, Barcelona y Madrid, se ha
desarrollado hasta la fragmentación ocurrida a finales de esa misma
década. La politización marcó las diversas plasmaciones del estilo en
los años noventa, época en que obtuvo su mayor difusión gracias al auge
de los grupos de seguidores radicales de fútbol y a la popularización
del estilo auspiciada por los reportajes periodísticos que recogían las
acciones de las bandas de rapados neonazis. La alarma social alrededor
de los skins caracterizó su desarrollo hasta que el estilo inició su
declive por diversos motivos. En la actualidad, coexisten diversos
grupusculos antagónicos que han conseguido generar espacios de
socialización propios que funcionan de manera autónoma, algo impensable
en los inicios cuando todos los jóvenes skins, más allá de su
adscripción ideológica, cuando la ostentaban, compartían su
cotidianeidad. La desmembración causada por la politización del estilo
ha generado dos bloques antagónicos que a su vez albergan múltiples
plasmaciones del mismo, tanto a nivel ideológico, musical como estético,
aglutinados bajo siglas como Blood & Honour o Hammerskin por un
lado o SHARP (skins contra los prejuicios raciales) por otro. Coexisten
por tanto, realidades intrinsecamente asociadas con opciones políticas,
tanto del ámbito de la extrema derecha con de la izquierda radical, con
otras de cariz apolítico que comparten determinados rasgos estéticos y
referentes musicales.
Texto sacado: del blog de Xavier Casals
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